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NUEVO LAREDO.- Alumnos y maestros de la Facultad de Enfermería realizaron este lunes una ceremonia formal en honor de la enfermera María de Lourdes Durán Vázquez, quien falleció en 1979 al salvar la vida de un niño víctima de un accidente con la electricidad.
La ceremonia, realizada en el obelisco de la ejemplar enfermera, fue encabezada por Verónica Guajardo Balderas, directora de la Facultad de Enfermería de la UAT, quien dio la bienvenida a los asistentes al evento que tiene lugar cada seis de enero, pero en esta ocasión se hizo el ocho de enero.
“El motivo principal por el que nos encontramos reunidos esta mañana, como es tradición con motivo de la celebración del Día de la Enfermera y Enferermo, cada día seis nos reunimos al pie de este obelisco instituido en nuestra institución para honrar y celebrar el Día de la Enfermería.
“Y también honrar a una mujer valiente con gran compromiso y vocación, quien ejerció la profesión de Enfermería y que llevó por nombre María de Lourdes Durán Vázquez, nacida el 13 de octubre de 1958 en Nuevo Laredo, en la ciudad fronteriza de Tamaulipas”, explicó Guajardo Balderas.
El incidente en el que ella perdió la vida fue el 19 de julio de 1979, y para todos quienes ejercen esa profesión, ella es un ejemplo de vocación de servicio a la humanidad.
Por ello, desde hace 44 años se realiza la ceremonia en su honor, y en esta ocasión, se ofreció un minuto de silencio y una oración por el alma de María de Lourdes Durán Vázquez.
“Es considerada una heroína en nuestra ciudad y en nuestra profesión, para nuestras instituciones y para muchas generaciones nuevas.
“Sabemos que esa vocación de humanismo que ella tuvo, le dio ese conocimiento, esa prudencia en ese recorrido por la Colonia Buenavista, para poder actuar en ese momento y querer salvar esa familia que se encontraba en ese momento en ese incidente”, explicó la directora.
Su intención era salvar a toda la familia, y entregó su vida en el intento, logrando rescatar a un menor, quien le salvó la vida.
La directora pidió a los presentes un minuto de silencio, y que desde la fe de cada quien ofrecieran una oración a la enfermera ejemplar.
